Si bien Windows 8 ya hace un tiempo que se encuentra en el mercado, lo cierto es
que no todos los usuarios han realizado la actualización para poder
gozar de las enormes posibilidades que ofrece el nuevo
sistema operativo de Microsoft.
Las causas son varias, y entre las
excusas que suelen mencionarse es el alto precio del SO, la compatibilidad de
hardware,
y por último la incomodidad de tener que aprender un software
nuevo. En este punto, y a favor de estos últimos, es necesario destacar
que
Windows 8 ya no cuenta con el famosísimo “Menú Inicio”,
sino que a partir de esta nueva versión
ha sido reemplazada por una
interfaz llamada “Modern UI”, diseñada para sustituir por completo al
escritorio, haciéndolo desaparecer enteramente del sistema. Pero además
se han incluido muchos otros cambios que desorientaron por completo al usuario,
dejándolo perplejo. Si
deseamos instalar Windows 8, o ya lo tenemos en nuestro sistema y nos
encontramos en el grupo de los desorientados por los nuevos cambios, en este
artículo encontraremos
los mejores trucos para aprender Windows
8.
La Pantalla de Inicio, el nuevo Menú
Inicio
El amigable
“Menú Inicio”, disponible desde Windows 95, en
esta nueva versión del sistema operativo de las ventanas ha dejado paso a algo
llamado
“Pantalla de Inicio”, el cual cubre totalmente la
pantalla. Ni bien iniciamos sesión en el equipo,
la pantalla de inicio
nos mostrará una serie de bloques de colores llamados “Live Tiles” en
los cuales podremos encontrar los accesos directos a nuestros programas
favoritos, pero además también podremos contar con la posibilidad de
recibir información detallada de diversos sucesos
como el pronóstico del tiempo, los eventos del calendario y
cualquier movimiento que ocurra con nuestro Facebook o el de
nuestros contactos a través de
“Widgets”, organizados de la
misma manera que los accesos directos a las aplicaciones.
Lo mejor de este sistema es que es altamente modificable, por lo cual
podemos personalizar esta pantalla de inicio de acuerdo a lo que
realmente necesitamos. Todo ello con unos pocos movimientos del
ratón.
Donde quieras
En el caso de desear cambiar la posición de unos de estos cuadros, lo único
que tenemos que hacer
es arrastrarlo con el ratón y soltarlo en la nueva
posición. También podremos seleccionar entre dos tamaños para estos
bloques, pequeño y grande. Si observamos que alguno de nuestros bloques o
“Live Tiles” ha desaparecido, es posible que podamos
encontrarlo haciendo
scroll lateral o moviendo la rueda
del ratón.
Algunas de las más conocidas aplicaciones como
el Bloc de Notas o la
Calculadora no aparecen en esta pantalla de inicio. Para poder
utilizarlas tendremos que pulsar con el botón derecho del ratón sobre algún
rincón vacío de la pantalla y seleccionar
la opción de mostrar todas las
aplicaciones. También es posible ejecutar aplicaciones directamente
tecleando sus nombres.
Si necesitamos tener disponible
un acceso directo a una determinada
aplicación, lo podemos hacer fácilmente haciendo clic sobre su icono y
seleccionar la opción
“Anclar a inicio”. En el caso de que
deseemos eliminar algún acceso, lo podremos hacer mediante el mismo
procedimiento,
pero seleccionando la opción “Desanclar de
inicio”.
Disposición de las
aplicaciones
La
interfaz de Windows 8, y los programas que han sido
desarrollados o adaptados a su estilo,
ofrecen una disposición
horizontal, es decir que en lugar de varias ventanas,
ahora las
aplicaciones se disponen en múltiples paneles dispuestos lado a
lado.
Esto puede desorientar a cualquier usuario
acostumbrado a la anterior
forma de trabajo con Windows 7, ya que no toda la información se
muestra en la misma pantalla. Para acceder al resto de los datos mostrados por
el software,
tenemos que usar la rueda del ratón para movernos entre las
diferentes pantallas o utilizar la barra de desplazamiento ubicada en el borde
inferior, signo inequívoco de que tenemos más información disponible en
otra pantalla.
Menús contextuales en Windows
8
En las versiones
anteriores del sistema operativo de Redmond, para acceder a ciertas
funciones relacionadas con lo que estábamos haciendo,
podíamos pulsar
con el botón derecho del ratón para abrir el conocido “Menú
contextual”. Si bien todavía esto sigue vigente en Windows 8, lo cierto
es que ahora en lugar de un menú
aparecerá un panel.
Charm: Un nuevo nivel de
comodidad
Para aquellos que todavía no lo han utilizado,
Windows 8 ofrece una
barra de herramientas oculta en la parte derecha de la pantalla, a la
cual se puede acceder ubicando el cursor del ratón sobre los márgenes derecho o
izquierdo inferiores o pulsando la combinación de teclas
“Windows+C”.
En esta barra podremos encontrar iconos para cinco comandos:
“
Buscar”, “Compartir”, “Inicio”, “Dispositivos” y
“Configuración”. En este punto, la opción de
“Compartir” es una de las más importantes, ya que mediante esta
función
podremos compartir con nuestros contactos todo tipo de
contenidos.
Alt+Tab: Cambiar entre tareas
En versiones anteriores de Windows para cambiar entre programas abiertos sólo
teníamos que pulsar la combinación de teclas
“Alt+Tab”, o
“Windows+Tab” si deseábamos ver las ventanas en 3D. Si bien en
Windows 8 estas opciones todavía existen, se comportan de manera diferente.
“Alt+Tab” cambia entre todos los programas abiertos, los
diseñados para Windows 8 y los demás, mientras que
“Windows+Tab” abre
una lista en donde sólo se muestran los programas desarrollados para la versión
8 de este sistema operativo.
¿Dónde están mis ventanas?
Una de las características esenciales de las
aplicaciones
desarrolladas para Windows 8 es que siempre se ejecutarán a pantalla
completa,
dejando de lado el concepto que le da el nombre a Windows: Las
ventanas. Extraño pero cierto.
Estos programas ahora se ejecutan lado a lado. Mientras que el programa en
foco ocupa la mayor parte de la pantalla,
el otro se ubica en una
pequeña porción de la misma en el lado izquierdo o derecho.
Personalización
Como mencionamos al principio
, Windows es ahora mucho más fácil de
configurar para lograr justo lo que necesitamos. Para personalizar las
opciones de apariencia, sólo tenemos que presionar
“Windows+C”
y pulsar sobre la opción
“Configuración> Personalizar”.
Aquí podremos seleccionar
la imagen de la pantalla de bloqueo, que incluye la posibilidad de usar una
imagen propia, y los colores de fondo, los cuales podemos elegir de entre 25
esquemas diferentes. En cuanto a las opciones de personalización de escritorio
como el wallpaper y el tema de color de las ventanas siguen
disponibles, pero obviamente sólo se aplicarán al escritorio.
Recuperar el viejo escritorio
Para todos aquellos que prefieren la funcionalidad del viejo escritorio,
todavía podrá seguir usándolo,
pero lamentablemente no en forma
exclusiva. Afortunadamente, existen maneras de anular esta limitación;
una de ellas es a través de dos aplicaciones gratuitas llamadas
Skip Metro Suite y
Pokki.
La primera nos permitirá usar el escritorio de forma permanente,
mientras que la segunda nos otorga la posibilidad de recuperar el menú
Inicio, todo lo cual nos acercará a la funcionalidad de Windows 7.
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