En este vídeo, además de ver el proceso de fabricación, Kingston nos enseña sus durísimas pruebas de calidad, como por ejemplo la prueba “Burn in”, en la que someten a máximo estrés a sus módulos de memoria RAM a una temperatura de 100ºC para asegurarse de que funcionan perfectamente (la simulación equivale a 3 meses seguidos de carga pesada). Y fijaos lo estrictos que son, que si encuentran un módulo de memoria con una sola célula defectuosa, se considera defectuoso y no sale de la fábrica. Hay que tener en cuenta que un módulo de 16Gb tiene más de 30.000 millones de células de memoria, por lo que resulta evidente que Kingston mantiene una norma de calidad excepcionalmente alta. No en vano dan garantía de por vida en sus módulos de memoria.
Os dejamos el vídeo, que no tiene desperdicio.
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