Te presentamos un rápido balance de estos doces meses con las transformaciones fundamentales que hemos visto en el mercado. ¿Cómo han evolucionado las tabletas en 2012 y hacia dónde las veremos ir probablemente en 2013?
La frontera entre smartphones y tablets tiende a desparecer. Lo llevamos comentando mucho tiempo: los phablets han llegado para quedarse. Cualesquiera que fueran las razones para el escepticismo cuando apareció el primer Galaxy Note, en 2012 ha quedado demostrado que hay una demanda importante para este tipo de dispositivos y muchas compañías se han decidido a apostar por ellos. No es sólo una cuestión de tamaños, sino que tiene que ver también con las capacidades de los smartphones, que cuentan en algunas casos con procesadores tan potentes como los de muchas tabletas, o incluso más que algunas de ellas, como prueba el phablet de Samsung. Ante los proyectos de móviles con 6 pulgadas o más de pantalla, no son pocos los expertos que prefieren hablar de ellos como de tabletas con capacidad para hacer llamadas, y no les falta razón.
Las fronteras entre tablets y pcs también se diluyen. En el 2012 hemos visto un auge importante de híbridos y convertibles, dispositivos que bajo distintas fórmulas, salvan las distancias que hasta ahora encontrábamos entre portátiles y tabletas. Si el éxito de la gama Asus Transformer fue la piedra de toque, la llegada de múltiples equipos de diferentes fabricantes a raíz del lanzamiento de Windows 8, ha sido el detonante definitivo. Cada vez vemos más tablets con teclado y portátiles con pantalla táctil. Quién sabe si con el tiempo las aguas volverán a su cauce, pero para el 2013 es seguro que este sector seguirá en crecimiento: ya tenemos noticias de nuevos híbridos de la mano de gigantes de la tencología, como Nokia y Samsung. De momento, los grandes perjudicados están siendo los netbooks: prepárate para verlos desaparecer progresivamente de los estantes.
La consolidación del sector de las tabletas compactas. Hasta este año, eran muy pocas las excepciones que escapaban al estándar de tamaño para tablets fijado en torno a las medidas del iPad. Sin embargo, en buen grado como consecuencia del éxito del Nexus 7, poco a poco hemos visto proliferar este sector y prácticamente el contar con modelos de 7 y 10 pulgadas se ha convertido en un nuevo estándar, hasta el punto de que incluso desde Apple, se han visto obligados a lanzar su propia tableta compacta, el iPad mini. La demanda que tienen estos dispositivos por la mayor comodidad con la que se pueden transportar, así como por sus inferiores precios, no parece que vaya a disiparse, y no sería de extrañar que acabaran siendo más importantes que sus hermanos mayores de 10 pulgadas.
La guerra de precios. Aunque el referente siga siendo el relativamente caro iPad de Apple, no cabe duda de que este año las tabletas se han popularizado y es de esperar que esta línea, para disfrute de los consumidores, se mantenga. Los dispositivos “subsidiados”, como los ofertados por Amazon, los pioneros, y Google, ofrecen una relación calidad-precio que, inevitablemente, arrastran una enorme demanda y el resto de las compañías no tendrán más remedio en el futuro que esforzarse por ajustar sus precios. El efecto de las tabletas low-cost tampoco es despreciable, ya que los fabricantes de este tipo de dispositivos lanzan al mercado productos que cada vez están más y más cerca del nivel de calidad de los de las grandes compañías. Marcas como Apple, arropadas por una una comunidad de usuarios enormemente fiel, probablemente puedan mantener precios similares a los de ahora, pero para muchas otras compañías, no queda más opción que buscar precios más competitivos. Ya hemos tenido noticias, de hecho, de que Asus y Acer, por ejemplo, están trabajando en tablets que se venderán en torno a los 100 dólares.
La diversificación de ecosistemas. Cuando el iPad ocupaba mucho más del 50% del mercado, el sector de las tabletas era, inevitablemente, territorio preferente para iOS. No obstante, la situación ha empezado a cambiar ya, y lo seguirá haciendo a lo largo del próximo año, según los informes convergentes de muchos especialistas. Por un lado, es innegable el crecimiento irresistible de Android, que al servir de soporte para muchas compañías (y entre ellas, muchas de las que están contribuyendo a ampliar el público de las tabletas gracias a precios más bajos) está creciendo a una velocidad vertiginosa y que, probablemente, lo haga aún más deprisa a medida que los desarrolladores vayan prestándole más atención y poniendo más aplicaciones a disposición de sus usuarios (este año ha sido, por ejemplo, el que por fin ha visto a Google Play igualar a la App Store de Apple en número de aplicaciones). Por otro lado, la llegada de Windows 8 ha convertido el dúo en un trío, aunque su éxito está siendo bastante moderado hasta el momento. ¿Veremos repuntar el crecimiento del sistema operativo de Microsoft en 2013? No cabe duda de que dependerá en buena medida de la estrategia en materia de precios de los de Redmond, el aspecto que más está lastrando su entrada en el mercado a buen seguro.
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