En el caso de que nuestra conexión a Internet sea demasiado lenta, o que no alcance a cubrir la superficie de nuestro hogar u oficina o cualquier problema relacionado con la velocidad y la cobertura, lo más probable es que el culpable de todas estas anomalías sea el router que ha quedado un tanto desfasado en tecnología.
Si bien esta problemática puede también ser originada por decenas de otros factores como la interferencia entre dispositivos en la misma banda de operación, lo cierto es que si el router es viejo, es viejo, y no existe más remedio que cambiarlo por uno más moderno y que se adapte mejor a especificaciones de uso más actuales.
Lamentablemente, un router no mejora con la edad, como los buenos vinos, sino que al contrario se deteriora y pierde gran parte de su funcionamiento debido a problemas térmicos y eléctricos. Por otra parte también existe un problema de compatibilidad con las nuevas versiones de la norma Wi-Fi.
Cuando es necesario reemplazar un router
La respuesta a este dilema afortunadamente es bastante sencilla: si el mismo tiene una antigüedad de más de 4 años, es candidato a la sustitución sin dilaciones. En este caso quizás nos preguntaremos por qué, a lo que se puede responder en los siguientes tres puntos:
El primer punto se encuentra relacionado con el desgaste de los componentes internos debido al calor y a la electricidad que circula por ellos, que termina por disminuir su eficacia provocando fallas en forma de conexiones intermitentes o un pobre rendimiento.
Muchos usuarios han intentado solucionar este tema con la incorporación de ventiladores para mejorar la refrigeración del dispositivo, obteniendo resultados dispares.
Otro problema con los routers de más edad es que no ofrecen el soporte adecuado a las nuevas y más utilizadas normas de Wi-Fi en el mercado, es decir 802.11n.
Así que si nuestro router sólo soporta el estándar 802.11g, definitivamente nunca podremos alcanzar la velocidad ni la cobertura adecuada para las necesidades de comunicación actuales.
También debemos tener en consideración que es posible que nuestro router no ofrezca doble banda de operación, lo que lo hace extremadamente sensible a interferencias, incluso de los dispositivos de uso hogareño como teléfonos inalámbricos u otros. Esto es debido a que los routers más antiguos trabajan sólo en la banda de 2.4 Ghz, la misma que los mencionados dispositivos.
Conclusión
Si nuestro router cumple con cualquiera de las condiciones que mencionamos
más arriba, o todas ellas juntas, es momento de adquirir un router
nuevo, el cual, además de proveernos de toda la velocidad y alcance
actuales, también seguramente nos ofrecerá otras características interesantes como la posibilidad de poder
realizar nuestro propio NAS conectando una unidad de almacenamiento externo
al dispositivo, lo que nos ofrece la posibilidad de mejorar un poco la
infraestructura informática de nuestro hogar o lugar de trabajo.En este interesantísimo video podremos ver como es posible refrigerar un router mediante un simple mooding.
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