Que el usuario fuese capaz de introducir el texto de forma rápida y que, al mismo tiempo, evitar errores y corregir fallos no supusiese ningún trabajo eran dos de los principales objetivos del teclado; justo condiciones que podían haberse dado tal vez a través de un sistema con comandos de voz o que reconociese la escritura, pero estas opciones no cumplían todas las funciones que sí desempeña un teclado.
Así que, centrados en el teclado como meta y producto, los responsables de Microsoft comenzaron a investigar cómo completar su invento de la mejor forma posible. Incluso tomaron nota de las posturas de los usuarios a la hora de manejar dispositivos de estas características: a los que lo sostienen con una mano (tecleando con la otra libre), a los que lo hacen con ambas (gracias al movimiento de los pulgares) y a los que lo hacen apoyando la tableta en una superficie (escribiendo de una forma parecida a la que utilizamos con un teclado convencional).
La solución no ha podido ser más interesante: han creado diferentes teclados para cada uno, siendo el teclado el que se adapta a nosotros y no nosotros a él. Aquí puedes ver el vídeo completo:
Otra de las novedades es la eliminación de la línea de teclas numéricas. Según los creadores, los fallos al incluir estas teclas en la parte superior hacían que el usuario cometiese más fallos de los habituales, además de que el aspecto que presentaba era especialmente abigarrado y estéticamente menos atractivo. Al incluir esta línea en la parte superior la pantalla, terminaba por utilizar más de la mitad de su superficie, así que resolvieron hacerlas aparecer en un pad numérico independiente, de manera que es posible mostrarlas rápidamente pulsando una única tecla.
El nuevo sistema operativo Windows 8 de Microsoft funcionará en ordenadores y también en tabletas como Surface. ¿Serás de los que te hagas con una ya?
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