¿Tienes un smartphone? ¿Dirías que
tu comportamiento en los espacios públicos, cuando estás solo o acompañado, es
el mismo que cuando tenías un móvil normalito? Si la respuesta a esta pregunta
es no, puede que seas la excepción pero la realidad es que el
tratamiento que le damos a la información personal ha cambiado desde la llegada
de estos dispositivos a nuestras vidas.
Investigadores de la
Universidad de Tel Aviv se encuentran realizando un profundo
estudio sobre este tipo de situaciones, pero poco a poco van comunicando los
resultados que van obteniendo de sus participantes. En este post voy a contarte
un poco más sobre cómo están afectado estos dispositivos a nuestra
privacidad y nuestros hábitos a la hora de tratar temas algo más personales en
espacios públicos.
El estudio se
está realizando de la siguiente manera: los sujetos voluntarios para el estudio
son usuarios de smartphone Androides. A través de una aplicación se rastrea todo
lo que hacen con el fin de estudiar la ubicuidad de estos dispositivos, cómo se
está adaptando su uso en exteriores y espacios públicos y cómo están impactando
las aplicaciones de geolocalización, entre otras cosas.
Como ya te
digo, es un estudio que sigue en proceso y de momento las conclusiones que se
han sacado están relaciones con temas muy concretos, no con la investigación en
general. Pero la verdad es que de momento resulta de lo más interesante así que
esperemos que siga adelante con otros temas.
Parece que
desde que prácticamente todo el mundo utiliza un smartphone, hemos
dejado un poco de lado convenciones sociales hasta ahora aceptadas por
todos cuando estamos en público del tipo posponer una conversación privada para
cuando estemos solos, limitar el uso del móvil cuando estamos acompañados y
cosas por el estilo.
Según esos investigadores de Tel Aviv, lo que
hacemos con nuestro smartphone es crearnos nuestra propia burbuja de privacidad
que ellos califican como 'Smart-Space'. ¿En qué consiste este espacio? Pues bien, es una
burbuja que nosotros mismos nos creamos y que creemos que es privada.
Esto nos lleva a sentirnos confiados y desvelar
datos, conversaciones e información privada en los espacios públicos
olvidándonos, como decía antes, de todo y todos los que están a nuestro
alrededor. Tanto es así, que un 70% de los usuarios que forman parte de
este estudio, cifra más que considerable, creen que su smartphone les
proporciona una mayor privacidad.
Otro dato revelado por este estudio,
aunque en realidad creo que esto ya era más o menos sabido por todos, es
que los usuarios que tenemos un smartphone hemos llegado a desarrollar
un importante nivel de dependencia hacia los mismos. Es decir, cuando
no lo llevamos encima parece que nos falta algo muy grande.
A esta conclusión se llegó a través
de una pequeña prueba. Se escogieron dos grupos de personas, uno formado por
usuarios de smartphone y otro por usuarios de un teléfono móvil normal. Cuando
se le quitó su dispositivo al segundo grupo sintieron algo que podríamos llamar
libertad, es decir, lo vieron como una posibilidad de hacer otras cosas y
disfrutar de un cierto silencio y tranquilidad.
Por otro lado, cuando se hizo lo
propio con los usuarios de smartphones su actitud fue mucho más negativa. No
sintieron esa libertad, sino que se agobiaron. De sobra está decir que aquellos
usuarios que no tienen un smartphone sino un teléfono móvil de los de antes,
cuando no lo llevan consigo, la diferencia que notan no tiene nada que ver. No
dependen tanto de ellos, probablemente porque sus funciones tampoco se parecen
en nada.
Personalmente pienso que este tipo
de dispositivos nos vienen ofreciendo un gran abanico de opciones que hay que
saber usar. Si todo lo que os he contado en este post se convierte en la norma
general, que parece que será así, estaríamos hablando de una
reestruturación de espacio y de las relaciones interpersonales,
llegando a cambiar acciones tan cotidianas como es el mantener una conversación
cara a cara.
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